lunes, 30 de abril de 2012

HoyTocaCine: ¿El cine o la vida? François Truffaut y La noche americana

Hoy actualizo el blog velozmente porque no tengo tiempo, pero tenía la imperiosa necesidad de mencionar especialmente esta joya que tuve la ocasión de ver anoche en TCM autor, uno de los motivos por los que soy capaz de pagar Canal +. 
Como amante indiscutible del cine que soy, en especial de François Truffaut, gran genio del cine y de la vida en general, tenía que hablar de esto, de La nuit américaine, obra maravillosa de metacine, cine dentro del cine. Con cosas como ésta, recuerdo que si debo elegir entre el cine o la vida, elijo el cine, porque el cine es la vida. No es que con esto me esté retractando de lo que dije en anteriores entradas sobre el mundillo cinematográfico, pero he de decir que, amén de la literatura y el teatro que también han hecho vibrar mi espíritu junto con la gran banda sonora que ha compuesto gran parte de los momentos más importantes de mi vida, el cine ha sido, es y será mi vida. Escribir sobre cine, ver cine, hablar de cine, todo. Es increíble lo útil que es ver películas como éstas, cómo se aprende con un visionado. Me encantaría quedarme más rato a hablar durante horas y horas sobre el cine y sobre Truffaut pero a falta de tiempo...Adjunto la crítica que he escrito en Filmaffinity sobre La noche americana (1973), Fraçois Truffaut. Un saludo a los que, de momento, me siguen en el nuevo blog, en especial a Mara. 




                     

De nuevo me sorprende Truffaut. Esta vez no con una dulce y rompedora película de la Nouvelle Vague, aunque siempre, siempre, mostrando esa pasión desesperada por el cine, el cine o la vida. Truffaut me ha deslumbrado sobremanera con esta fiel muestra de lo caótico y en ocasiones surrealista de un rodaje cinematográfico, tan real como la vida misma, esa fábrica de mentiras que nos sumerge en un mundo de evasión de la realidad. El genio de Truffaut, acompañado, cómo no, de su gran amigo y joven intérprete de su alter ego en Los 400 golpes (1959), Jean-Pierre Lèaud, fabuloso y graciosísimo como actor de reparto en La noche americana.
Aquí nos sumergimos en la auténtica realidad de un rodaje con todos sus pormenores, mostrándolo tal como es, como una gran familia en la que todos los miembros, incluyendo desde actores hasta asistentes de vestuario, todos se quieren y odian creando ese "mundo irrespirable" con el que llega a definirse en un punto climático el mundo del cine. El cine o la vida, decía Truffaut...El cine, digo yo. "La noche americana" es, junto a la legendaria Cautivos del mal (1952) del poderoso Minnelli, una de los más hermosos ejemplos de metacine, pero, ¿Quién mejor para recrearse en el metacine que el hombre que más sabía de cine? De nuevo, Truffaut, el genio que admiraba a Hitchcock. El genio que quería romper con el cine clásico de la mano del cine clásico y amando y conociendo al cine clásico.
Sin poder evitarlo. Cuando uno ve La noche americana no puede evitar evocar a todos los grandes genios de la historia del cine, desde Orson Welles, pasando por Hitchcock, Bergman, Rossellini, hasta llegar a Godard o Cocteau, contemporáneos de Truffaut y divergentes del mismo punto de encuentro: Cahiers du cinéma.
En el film, hay momentos en los que, a poco que uno haya vivido entre las cámaras cine, suelta una carcajada diciendo: "Esto es auténtico, es así como funciona un rodaje". Realmente recomendable tanto para los amantes de Truffaut como para una persona que no comprende todavía como funciona el cine. La noche americana es una obra que posee una función completamente didáctica además de la de entretener a su público. Uno puede aprender más con menos de dos horas de película de Truffaut que con un curso de un mes sobre cine.
Una obra única y maravillosa. El cine como muestra de la mayor y atroz de las mentiras, la falsa realidad, el juego, el sueño eterno, la vida alternativa. ¿Antoine Doinel o François Truffaut? El cine. Ésa es la respuesta. Truffaut nos vuelve a dar una lección sobre cine.











 

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