viernes, 20 de abril de 2012

Arde Roma. Dioses muertos

La iluminación llegó aquella noche. Nívea dejó el telar en el pórtico y contempló por vez última las rosadas luces del alba acariciar el atrio. Roma deshecha en cenizas. Lágrimas de dioses en éste incierto aquí que ya no es su tierra. Nívea no sabía de dioses más que de la diosa que protegía su casa y a sus hijos ya muertos y arrancados de sus jóvenes brazos maternales. Fue a abrazar a Druso a su lecho conyugal, con los dedos hartos de tejer. Entreabrió la puerta para verificar que todo anduviese correctamente en el viejo cuarto de los niños. Allí estaba el joven esposo, bien dispuesto para salir de aquella casa cuanto antes. Nívea se conmovió. Le preguntó inquieta dónde iba, qué pensaba hacer...El joven sólo la miró con su serenidad arrolladora y removió a besos la mata de pelo arrebolada de su interlocutora. En ósculos susurrados se percibieron las palabras de él, alegando que se marchaba porque debía encontrar a dios. Dios con minúsculas, le decía a ella, pues todavía no lo había encontrado. Nívea lloraba mansamente, como un riachuelo derramándose sobre el cuello de él en forma de besos y palabras de amor y protección. El joven la estrechó, sus ojos cerrados en un rezo eterno de amor sincero. Voy a buscara a dios, para traeros su paz. Pero por dios no me refiero al hombre con barba que vive en las esponjosas nubes del cielo, ya lo creo que no ni al que pace en el Olimpo ni al que murió en la cruz para salvar a nadie. Puede que descubra que si dios existe sea tan sólo el espacio que resta entre tu cuerpo y el mío. El camino del entendimiento entre los hombres. Ese cable tenso e invisible que nos une a todos en miradas, calor, palabras...¡Esas palabras tan dolorosas a veces! Tal vez los hombres se odien porque no saben ver al dios que los une, esa belleza que danza en el aire que los separa pero que, aún más fuertemente, los une. Ese dios que ahora mismo habita en el espacio que dista de tus labios a los míos, amor. Ese dios, o esa diosa. ¡Esa diosa de libre forma! Tiene más sentido que sea mujer, creadora de vida, de amplio seno y gruesos labios para curar heridas. Tal vez un ente andrógino, con la calma que tanto buscamos, Nívea.

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