martes, 18 de diciembre de 2012

HoyTocaCine: La mejor película de 2011


Recopilando mis críticas de cine, aquí os dejo una del año pasado para aquellos a los que os guste el cine teen de los ochenta (yo soy una verdadera fan). No sé qué nos gusta tanto de "lo retro", lo vintage, esa nostalgia que nos arrebata y enternece cuando vemos una de estas pelis de Corey Feldman o River Phoenix de pequeñitos. Es un debate que se mastica mucho en Midnight in Paris (2011). Sé que hay muchas opiniones sobre Super 8 (2011) y sobre gustos no hay nada escrito, pero mi opinión me encanta compartirla con el resto de interesados. Un saludo y a pasarlo bien :) 


Sonrisas de los ochenta 

J.J Abrams nos ha tocado la fibra sensible de cinéfilo. Spielberg ha producido la película de sus sueños. ¿Hemos viajado en el tiempo? Algo parecido. Se nos ha mostrado una película de las que hace mucho que no veíamos, de esas que llegan a nuestro tierno corazón de niño. Hemos evocado flashes nostálgicos de 'E.T.','Los Goonies',' Cuenta conmigo', incluso 'Indiana Jones' o 'Regreso al futuro'.
Esta mezcla deliciosa de recuerdos de niños en bicicleta - como aquéllas voladoras que tanto mitificamos en 'E.T.'-, pandillas inseparables y con una ilusión común a pesar de poseer personalidades tan individuales, como las de los personajes de los tebeos, es la que nos regala la bella 'Super 8'. Los protagonistas son adorables y, mágicamente, es como si los conociéramos de toda la vida, porque, realmente, hemos visto a esos personajes alguna vez. 
"Perdone ¿Nos pone otra ración de patatas? Porque mi amigo es un gordo"

Lo original e innovador, es realizar un film pseudo pulp, de otra era, otra tendencia, con tanta maestría como lo ha hecho Abrams. Los personajes - tal y como conocemos a Spielberg-,diría que tienen un sello biográfico por aquello de la cinefilia y el entrañable y tan sumamente auténtico rodaje de la "película" de zombies con la rudimentaria cámara en la que todos los niños colaboran.
'Super 8' consigue despertar sentimientos olvidados en un trastero repleto de cintas de VHS cubiertas de polvo pero, eso sí, con un soplo de aire fresco y de una calidad cinematográfica sorprendente. 
No encuentro pegas a esta maravillosa película que, más que un homenaje al cine de Spielberg de principios de los años ochenta es un homenaje al cine en su totalidad. No sólo la elección y a su vez dirección de tan acertados y divinos protagonistas, naturales y espontáneos (parece que disfruten tanto o más que el director), sino también la perfecta dirección de arte, la hermosa fotografía y el divertido guion tan inteligente y puro como los niños de doce años.
La dulzura del guion, tan absolutamente acoplado a los protagonistas, no deja nada que desear. Desde el principio uno queda prendado de cada frase y cada secuencia. Esos guiones que ya no se hacen porque sencillamente resultan desfasados en la posmodernidad que nos rodea y que sólo podían caber en esta idea genial (como quien hace una película muda en los días que corren, pero con suma elegancia y sobrada maestría). 
Por otro lado, la historia homenajea a las tramas donde la pureza de los niños tiene poder suficiente como para comprender y enternecer a un monstruo y vencer incluso a las fuerzas militares (muy 'E.T.' y muy onírico). 
Sensacional película a la que no le falta detalle, pues de principio a fin no puedes apartar la mirada de sus hechizantes imágenes y, una vez en casa, todavía te envuelve la suave calidez de su guion maravillosamente entramado y las deliciosas y casi comestibles escenas. Hasta las sonrisas son de otra época. No me cabe duda de que pronto, esta joya que, en mi opinión, ya resulta ser la mejor película del año, se convertirá en una cinta de culto. Absolutamente imprescindible.


Marina Bianchi

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